jueves, 31 de marzo de 2011

UNA MULTITUD VIBRÓ CON U2 EN LA PLATA



La banda irlandesa desplegó toda su magia ante casi 60.000 personas en poco más de dos horas. Bono pidió no olvidar a Gustavo Cerati y se autopresentó como "Carlitos Apache" en alusión a Tévez.


Tras cinco años, U2 volvió a tocar anoche en la Argentina, por tercera vez, y conmovió a las casi 60 mil personas que desde muy temprano -algunas desde varios días antes- llenaron el Estadio Unico de La Plata, en su estreno absoluto en cuestiones de grandes espectáculos internacionales. En 1998, el cuarteto llegó con el PopMart Tour; en 2006, con el Vertigo Tour y esta vez, con el llamado “360°”, cuyo escenario circular y ubicado al centro parece una gran “garra”. El de anoche fue el primero de los tres conciertos de la escala argenta, que repite el sábado y domingo.


Durante casi toda la tarde, el peregrinaje automovilístico de los fans, revivió las imágenes de algún cambio de quincena “movido”. Y la espera, bajo esa enorme estructura que deja al descubierto sólo el campo de juego, sirvió para certificar que los años de idas y vueltas, y los millones de billetes que se llevó la construcción del “Unico”, dejaron, al menos, un espacio que se acerca bastante al ideal, a la hora de ver conciertos en estadios.
Recién hacia las 19.30, con el cielo -o lo que permite ver de él ese agujero intervenido por pasarelas, caños y tensores-, el monstruo de 400 toneladas que hace de techo de la privilegiada zona roja enmarcada por el escenario circular y el anillo que lo circunda -unidos ambos por sendas pasarelas retráctiles- le ofrece al público que accede allí una especial sensación de cercanía con los artistas.


La noche arrancó puntual, a las 20, con los teloneros, la banda británica Muse. Esta le dio inicio a un set de 40 minutos, durante los cuales sostuvo en alto el estandarte de la potencia rockera, con raptos propios de los noventas y mucho background setentista.


El cuarteto irlandés -Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr (bueno, ya no tan Jr)- comenzó las dos horas de concierto cerca de las 21.30 con Even Better Than The Real Thing del ‘91 y I Will Follow de 1980, en una rutina casi idéntica a la que días atrás desplegó en Chile, en lo que fue el debut sudamericano de esta gira. Dentro de una estructura de show similar a la que la banda mantiene desde hace unos meses, siguieron Magnificent, Mysterious Ways, y Elevation. Pero esta vez el concierto ofrecería varios momentos con sabor local. Hubo uno muy especial: fue cuando Bono presentó a sus compañeros como si fueran jugadores de nuestra selección, dejándose para él el apodo “Carlitos Apache”, en alusión a Tévez, ídolo en Gran Bretaña.


Con la entrada en acción de la banda, el cuadrúpedo de acero y parlantes se revelaría como una batería de recursos lumínicos, visuales y sonoros inéditos por estos lados del mundo. Bono y The Edge recorrieron unas pasarelas circulares, la cuales los acercaron muchísimo al público que está en las primeras filas.


En este contexto tecnológico de puentes y pantallas, siguieron repasando su repertorio. Fue en In A Little While donde Bono subió a una chica al escenario y la coqueteó. “Son lo más” y “Nos sentimos como en casa” fueron sus frases aplaudidas. Para entonces, ya pasaron I Still Haven´t Found What I´m Looking For, Beautiful Day y Miss Sarajevo, antes de la potencia de City Of Blinding Lights, Vertigo, y I’ll Go Crazy If I Don’t Go Crazy Tonight que transforman el lugar en una disco. De ahí, directo al discurso testimonial de Sunday Bloody Sunday, Scarlet y Walk On, con la procesión de hombres con velas y el símbolo de Amnesty International.
Un corte y los bises. Tras ver un discurso del sudafricano Desmond Tutu, la lánguida One. “No olviden a Gustavo Cerati”, pidió Bono y vino With or Without You. Para cerrar, Moment of Surrender. Así, una audiencia devota encontró lo que fue a buscar: emoción pura.

No hay comentarios:

Me Arde Programa del 24 11 2022

  Me Arde Programa del 24 11 2022