Una salteña de 49 años sobrevivió el mes pasado a un trasplante que le permitió salir airosa tras ser diagnosticada con un grave caso de hepatitis autoinmune. Lo particular del caso es que la mujer fue operada sin recurrir a la transfusión de sangre, ya que es testigo de Jehová.
El procedimiento prácticamente no tiene antecedentes a nivel nacional y la primera vez que se llevó a cabo fue en 2001 en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Ahora y por primera vez en el interior del país, un grupo de 60 médicos rosarinos completó con éxito la cirugía para que la paciente pueda recibir un hígado sin recurrir a sangre de otras personas, algo que está prohibido para quienes para quienes tienen esas creencias.
Tal como ocurrió en esa primera oportunidad, cuando en el centro de salud porteño consiguieron salvar la vida de una mendocina de 48 años del mismo credo que padecía cirrosis, los profesionales del Hospital Privado de Rosario (HPR) completaron con éxito una operación que requirió coordinar siete servicios diferentes bajo las órdenes de la unidad de Hígado que comanda Andrés Ruf.
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