Lejos de toda la dedicación que puso en juego a la hora de captar inversores para los supuestos negocios financieros que manejaba en el exterior, Daniel Viglione no se tomó demasiado trabajo en ocultar su huida. Se registró en un hotel de Mendoza con su nombre real y, según trascendió, habría dado un número telefónico mendocino en una llamada al lugar de trabajo de su esposa.
"Tranquilos, tranquilos, soy yo". Eso les dijo Viglione a los policías que lo detuvieron hoy en el hotel Catedral, ubicado en el microcentro mendocino. El periodista económico acusado de varias estafas había sido reconocido por otros huéspedes, quienes lo denunciaron ante la Policía.
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